martes, 24 de mayo de 2016

El ahora- Osho

Cuando entras en la dimensión del Ahora, de la Presencia, no significa que tengas que renunciar al mundo, pero definitivamente significa que ya no eres del mundo, que el mundo se vuelve efímero, pierde importancia.
No es que tengas que renunciar al mundo y escaparte a las montañas o a los monasterios, quiere decir que empiezas a vivir, dondequiera que estés, una vida interior que antes no era posible.
Antes eras extrovertido, ahora te vuelves introvertido.
Cuando se introduce la dimensión del Ahora, es el principio de la iluminación. Tendrás el mismo aspecto, pero no serás el mismo. Para los que tienen capacidad de ver, tampoco seguirás siendo el mismo, y para ti mismo, no tendrás el mismo aspecto ni serás el mismo. Estarás en el mundo pero el mundo no estará en ti.
Las ambiciones, los deseos, las envidias y egoísmo empezarán a evaporarse. No necesitas hacer ningún esfuerzo para renunciar a ellas, basta con que te muevas en la dimensión del Ahora, ser Presencia, y empezarán a desaparecer, porque en el Ahora no pueden existir. Sólo pueden existir en la oscuridad de la mente, donde todo el mundo está compitiendo, llenos de codicia, llenos de deseo de poder, de dominar y de ser alguien especial.
En la dimensión del Ahora desaparecen todas esas estupideces. Te vuelves liviano, ligero, como una flor de loto que está en el agua pero no la toca. Permaneces en el mundo pero el mundo ya no te produce ningún impacto. Al contrario, tú empiezas a influenciar al mundo, pero no con un esfuerzo consciente, sino simplemente con tu ser, con tu presencia, con tu gracia, con tu belleza. A medida que empieza a crecer dentro de ti, empieza a esparcirse a tu alrededor.
Le llegará a la gente que tiene un corazón abierto, y la gente que ha vivido con el corazón cerrado y todas las puertas cerradas, se asustará. No entrarán en contacto con una persona así. La cuestión fundamental es que tienen miedo de ser descubiertos.
La persona que se mueve en la dimensión del Ahora se convierte casi en un espejo. Si te acercas a ella, verás tu verdadero rostro, verás tu fealdad, verás tu continua ambición, verás tu ego.
En la dimensión de la mente, del tiempo, solo existen los mendigos, porque siempre quieren tener más y más. Y ese más no puede ser satisfecho; no es que no puedas ponerte en la posición que deseas, pero en cuanto lo consigues te das cuenta de que hay posiciones mejores y quieres más. Durante un momento tienes un atisbo de felicidad, pero al momento siguiente vuelves a tener la misma desesperación y sigues luchando para tener más. No puedes satisfacer la idea de más.
La dimensión del Ahora, de la Presencia, es la del cada vez menos, hasta el punto de alcanzar el vacío total, hasta el punto de no ser nadie.
La persona de la dimensión del Ahora es el auténtico "sannyasin", está inmensamente feliz de no ser nadie, inmensamente feliz de la pureza interior de su vacío, porque sólo el vacío puede ser puro; es aquella que está absolutamente satisfecha con su desnudez, porque sólo la nada puede estar en armonía con el universo.
Cuando estás en armonía con el universo, desapareces como alguien, como el "yo". Eres el universo entero. Incluso las lejanas estrellas están dentro de ti, tu nada puede contenerlas. Las flores, el sol, la luna... y toda la música de la existencia. Ya no eres un ego, tu "yo" ha desaparecido. Pero eso no quiere decir que Tú hayas desaparecido, al contrario, cuando tu "yo" desaparece, apareces Tú.
Estar sin la sensación de "yo", no tener la sensación de ego, no pedir nada más, es un enorme éxtasis.
¿Qué más puedes pedir? Tienes la nada, y en esa nada te has convertido en todo el universo.
En la dimensión del Ahora te vuelves cada vez más conciencia y menos cuerpo, desaparece toda la identificación con el cuerpo. En la nada, los pájaros, las flores, los árboles y esta hermosa mañana estarán en tu interior. En realidad no existirán fuera de ti, no existirá el "fuera de", todo se convierte en tu visión. Y tu vida no puede ser más rica que cuando todo se convierte en tu interior.
Esto es exactamente el significado de iluminación; convertirse en un ego tan inexistente que toda la existencia oceánica se vuelve parte de ti.
Osho



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