jueves, 25 de julio de 2013

Sabías que...?



Los orígenes de los cuencos tibetanos y su historia detallada se pierden en el pasado lejano y seguramente es un regalo de la religión chamánica Bon, que existía en el Tíbet varios siglos antes de la llegada del budismo, pero que en realidad viene de mucho más atrás, desde los Atlantes quienes lo hacían con cuencos de cristales y piedras con habilidades asombrosas. En los Monasterios del Tíbet, el uso del cuenco era una práctica habitual para la consecución de estados meditativos, equilibrio de los hemisferios cerebrales y de la propia polaridad. Los monjes tibetanos conservaban de esta manera un equilibrio total entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles. El sonido del cuenco les ayudaba a mantener la salud a nivel físico.
Estos cuencos estaban hechos de forma artesanal y su composición incluía la combinación de siete metales (el siete es el número del poder en equilibrio). Estos siete metales eran: oro, plata, níquel, cobre, cinc, antimonio y hierro, y se pueden encontrar en Tíbet, India, Bután, Nepal, Birmania, Malasia. Japón.
Qué relación tienen Egipto, Tíbet, India, Incas y Mayas?.... Todos ellos en sus círculos más secretos usaban por legado el sonido que se genera como un movimiento vibratorio de partículas y de objetos. Las vibraciones que producen el sonido, representan una energía que se encuentra en toda la naturaleza, no solo en nosotros y en nuestro mundo, sino mucho más allá, en las regiones de los satélites, las estrellas y el universo.
A escala cósmica, el sonido es una fuerza universal e invisible, capaz de producir cambios profundos a muchos niveles (físico, emocional, espiritual) Y no solo usaban cuencos usaban muchos objetos más………


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